miércoles, 4 de abril de 2007

El movimiento gótico



El viernes 30 de marzo, el programa crónicas emitió un reportaje sobre el estilo de vida gótico. Dicho documental empezaba con una frase contundente: “Francia, mediados de 1800. Un movimiento antisocial de estudiantes y obreros malvivía dominado por el sistema establecido. Maquillaron sus caras de blanco y se vistieron de negro, como ángeles negros, para escarmiento de aquella sociedad que tanto los oprimía”.
Ante esta presentación uno se imagina a Napoleón III escondido tras los muros de su palacio, atemorizado por la inminente caída de su imperio en manos de este potente movimiento revolucionario. Esto nunca sucedió porqué nunca fueron una amenaza para el sistema. Como tampoco lo son ahora.
Este movimiento – ahora cualquier agrupación de más de dos o tres personas con ideas raras, se considera movimiento social -, como otros intentos contraculturales no amenaza lo más mínimo al sistema capitalista. Todo lo contrario, al crear un estilo de vida, colabora al surgimiento de modas, con la consecuente reactivación del ciclo creación-destrucción tan importante en las economías de mercado.
Por lo que a mi respecta la gente puede adoptar la vestimenta que crea más adecuada, pintarse la cara con los colores que prefiera e ir a los locales que le de la gana. Pero de ahí a creerse un activista revolucionario hay un abismo. Mientras estos jóvenes franceses – pocos obreros debía haber en este movimiento- se pintarrajeaban la cara de blanco y se vestían de negro, otros se organizaban en sindicatos y partidos. Seguramente no eran tan radicales ni llamaron tanto la atención, pero sentaron las bases de un régimen político más justo.

En este reportaje ellos mismos se retratan como antisistema porqué su indumentaria no es la común. Uno de los integrantes llega a decir que se viste de negro porqué estaba de luto por la sociedad. Pero en el mismo reportaje aparece una chica que se ha implantado colmillos, lleva lentillas de colores graduadas, su casa está decorada de negro y terciopelo rojos y además, tiene un ataúd. Una auténtica amenaza para la industria de la estética, la decoración y las funerarias.
En fin, el movimiento gótico es una manifestación más de lo que el virus romántico puede hacer con nuestro cerebro cuando nos hace creer que una actitud estética – perfectamente legítima – es una forma de cambiar el mudo. Así, una forma de protesta, muy válida para llamar la atención sobre determinados ideales, se bacía de contenido y se vuelve una forma de divertirse. Algo totalmente legítimo, pero también totalmente alejado de la mejora social.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la cultura gotica es una forma de exprecion que hay que respetar por que es una forma por la que muchos jovenes se identifican por lo tanto es una forma de exprecion que ha muchos nos agradan .